El poder de la motivación

Cuando estás trabajando en un proyecto, tratando de alcanzar un objetivo o intentando hacer realidad un sueño, la sensación que te invade cuando logras transformar tus ideas en realidad es embriagadora. Solo hay que relajarse, respirar pausadamente, concentrarse en el tema y, de repente, algo comienza a coger forma delante de tus propios ojos. El poder de ver cómo una idea sale de la imaginación al mundo real es la prueba de que somos capaces de cambiar el mundo que nos rodea.

Llevar un proyecto a término es un proceso dinámico con todos sus altos y bajos, sus avances y paradas. Dar vida a nuevas ideas nos obliga a ser lo suficientemente flexibles para afrontar cada desafío según lo requieran las circunstancias y mantenernos firmes ante todo lo inesperado. Generalmente, nuestro anhelo de perfección constante y absoluta afecta a nuestra capacidad de adaptarnos a los imprevistos del camino. Por ello, todos necesitamos algo que nos ayude a mantener la cabeza fría y recordar el fin de nuestro proyecto para seguir adelante.

Afortunadamente, la herramienta más poderosa para llevar un seguimiento de todo es también la más simple: apenas una pizca de motivación. Hasta a las personas más seguras de sí mismas les agrada sentir que tienen el voto de confianza de quienes les rodean. Puede que no parezca mucho, pero las palabras de aliento que damos y recibimos realmente cuentan, ya que nos recuerdan el valor de todo el trabajo duro que hemos realizado.

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