El poder de escribir a mano

Actualmente, se oye comentar con mucha frecuencia que la escritura a mano está de capa caída. Con el auge de la tecnología, desde la máquina de escribir hasta los teléfonos inteligentes, es evidente que escribimos a mano con menos frecuencia que nunca. Es cierto que la redacción de cartas o mensajes largos puede ser un arte perdido, sobre todo cuando se trata de la comunicación empresarial o entre puntos separados por grandes distancias.

No obstante, hay un ámbito en el que la escritura a mano está viva y coleando: el de los mensajes breves que escribimos a las personas de nuestro entorno más cercano. Cuesta imaginar un mundo en el que no deseemos dejar una nota a alguien para informarle de que llegaremos tarde a casa, para pedirle que saque a pasear al perro o para recordarle que le queremos. Es más, sin la escritura a mano, con toda su belleza única e imperfecta, ¿cómo podríamos saber al instante quién nos ha escrito dicha nota? ¿Cómo podríamos sentir el vínculo que nos une a esa persona? ¿Cómo podríamos incorporar algún adorno que confiriera un carácter alegre, urgente o de gratitud a dicha nota?

Sin la escritura a mano, las madres lo tendrían muy complicado para dejar una nota en el almuerzo de sus hijos en la que les desearan suerte en el examen de biología, por poner un caso. Sin ella, es posible que los profesores no tuvieran modo alguno de deslizar unas palabras de ánimo a algún estudiante que estuviera teniendo un mal día. Además, muchos de nosotros no podríamos darnos ánimos en el espejo todas las mañanas.

La escritura a mano nos da el poder de conectar, ya sea con algún ser querido, con alguien que necesite nuestra ayuda o incluso con esa parte de nosotros mismos que necesita un empujoncito de vez en cuando.

En la marca Post-it® estamos orgullosos de poder aportar nuestro granito de arena para mantener bien viva esta conexión que permite la escritura a mano, y queremos conocer tu experiencia al respecto.